viernes, 28 de mayo de 2010

SONREÍR

Sería absurdo el querer intentar recordar el momento en que fui concebido, por más que trate no recordaré nada, tengo una idea de cómo fue ese momento por los relatos de mi madre, pero no tengo una noción completa del asunto.

Todos los días, alrededor del mundo llegan nuevas personas, son seres tan frágiles e indefensos, sedientos de cariño y amor.

Aunque lloran a cada rato, con esa inocencia que los caracteriza te sonríen en cualquier momento, así son ellos, se despiertan a cualquier hora, duermen a cualquier hora y cada cierto tiempo les da hambre, durante todo ese tiempo nos brindan una sonrisa inocente que otorga la paz que en ningún otro lado hallaremos.

No cabe duda de que los bebés son únicos, nada en el mundo los iguala, ellos te sonríen sin importarles tus problemas, si estas enojado o enojada, en cambio, hay muchos adultos que hace años que mostraron una sonrisa sincera, no de esas que son forzadas para que salga bien la foto, no, esas no cuentan.

Recuerdo a mi papá cuando regresaba del trabajo con la cara larga, mostrando cansancio y a veces enojo, mi hermana solucionaba ese problema sonriéndole.

Si cuando éramos pequeños aprendimos a hablar haciendo sonidos, ruidos o gritando, si aprendimos que nuestras manos sirven para agarrar las cosas y si aprendimos a caminar, en la actualidad después de los 18 años de edad en adelante seguimos haciendo todo eso.

Entonces, ¿por qué no sonreímos a los demás si solíamos hacer eso durante nuestros primeros meses de vida?

No hay comentarios:

Publicar un comentario