¿Acaso será posible que exista algo mucho peor que la traición para una persona que deposita su confianza en otra?, nuestra naturaleza como seres humanos hace que esperemos en base a lo que deseamos, pero cuando esto no se logra, el sistema se viene abajo, lo que considerábamos como verídico ahora consideramos como falso.El problema está en que tenemos muchos estereotipos que nos hacen crearnos imágenes erróneas del prójimo, no hacemos otra cosa que proyectar que es lo que queremos ser nosotros mismos, y si depositamos toda nuestra fe en ideales que no existen, terminaremos por caer en la cuenta de que esos ideales no existen en este mundo.
Yo no digo que seamos unos paranoicos que no podamos confiar ni en nuestra propia madre, tampoco es el caso, la clave está en rodearse de amigos sinceros, de esos que pase lo que pase están ahí contigo, de los que no toman en cuenta los comentarios de terceros, de los que pese a que surjan problemas que podrían romper la amistad, siempre hayan la manera de enmendar eso y seguir adelante, esos son los verdaderos amigos.
Conozco a personas adultas que viven amargadas día a día por cosas tan tontas e insignificantes como porque fulano de tal pasó y ni lo saludó (ja, ja, perdón abuela), gente de la tercera edad que no entiende y se le tiene que hablar recio para ver si así capta, y de paso se ofenden (ja, ja, una vez más, lo siento bisabuelo).
No nos amarguemos la existencia con dolencias y rencores que ya fueron hace tiempo, la vida sigue y es para disfrutarla.
Desecha la desconfianza.
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