jueves, 20 de mayo de 2010

PREVIO AL ASESINATO DE LA MADRE DE PEDRO...

¿Qué cual es mi condición actual?, desquiciado, esa es la palabra que lo define todo, han transcurrido ya varios meses desde que esta inmundicia llegó a mi vida, con el paso de los días, me he percatado de que poco a poco he ido perdiendo la paciencia, en verdad esto es mucho peor que el mismo infierno del que tanto hablan, cuando era pequeño, recuerdo que varios adultos solían decirme: “todo tiene remedio, excepto la muerte”, eso es, la muerte, asesinaré a esa mujer, solo que debo planearlo todo, debo ser muy preciso y cuidadoso, honestamente no veo tras una celda.
Me dirijo a mi habitación, entro y cierro la puerta, no quiero ser molestado, necesito concentrarme, camino de un lado a otro, ideas van y vienen en mi mente, debe haber una que sea perfecta, solo que aún no aparece, un momento, los huesos comienzan a dolerme, salgo de mi cuarto, camino hacia la cocina, busco entre los trastes una cuchara, la encuentro, saco de mi bolsillo una jeringa y un sobre que contiene esa química que me hace volar tan alto como desee, pongo un poco de ese polvo sobre la cuchara, coloco un encendedor debajo hasta que el sólido se vuelva líquido, muy bien, ahora introduzco el líquido en la jeringa y finalmente deposito la cura para mi dolor en una de las venas de mi brazo derecho.
Ahora me siento más relajado, así que continuaré con mi trabajo, planear un homicidio, me siento en el piso, pasan varios minutos hasta que de pronto escucho que tocan la puerta, me pongo de pie tan rápido como puedo y camino para abrir y ver de quién se trata, -hey, me enteré de tu problema- dijo una voz familiar, me acerco más para ver quién dijo eso, y cuando me percato se trata de “el muñeco”, no es hermoso como muchas dicen, más bien es atractivo, a eso le debe que todas las mujeres hagan lo que él pida, -en efecto, tengo un enorme problema encima y planeo como salir de ello- le respondí, -sencillo hermano, no tienes porque complicarte la existencia, te diré como-, argumentó el muñeco.
-Dime como-dije yo, -en primera tenemos una ventaja sobre aquel despojo de humanidad que yace en aquella habitación-advirtió el carismático amigo mío, -¿cómo que “tenemos”?, ¿acaso quieres ser parte de esto?-le pregunté, -claro, no soy fanático de estas cosas, pero será interesante hacer esta labor, y quizá hasta divertido, supongo-comentó mientras mostraba una risa maliciosa, -bien, dejaré que me ayudes, pero dime como- le contesté, -como te dije, tenemos una ventaja, esa ***** ***** está débil, ni gritar puede, así que solo entraremos en la habitación y la asfixiaremos con una almohada, posteriormente sacamos el cadáver de aquí y lo quemamos en el terreno baldío de la otra calle y tu podrás rehacer tu vida en otra parte, podrás volver a sonreír y lo mejor de todo es que nadie se dará cuenta de lo que haremos, créeme, estas rodeado de gente ******** que solo se ocupa de los rumores de la chismosa que tienes por vecina, no tengas miedo, no vas a estar solo en esto hermano-dijo mientras me daba palmadas en la espalda.
Me quedé en silencio por unos segundos, pero finalmente decidí que era lo mejor, le dije a mi amigo que estaba de acuerdo, que lo esperaba en tres días para llevar a cabo el plan, que estuviera preparado, nos despedimos y se fue a su casa. Esa noche intenté dormir, pero los pensamientos inundaban mi mente de incertidumbre y temor, una parte de mí decía que no lo hiciera, que eso no era bueno, pero otra me decía que lo hiciera, que solo así podría recuperar mi vida, total, el fin justifica los medios, ¿no?, a la mañana siguiente me levanté y el día siguió el curso acostumbrado, así pasaron otros dos días más hasta que llegó el momento esperado.
Salí a la calle a hablarle por teléfono al muñeco, le dije que todo estaba listo, que lo esperaba en la casa, regresé para esperarlo, pasaron 20 minutos hasta que lo vi bajarse de un taxi, venía vestido con prendas negras, abrí la puerta, -¿listo hermano?, hoy es el día-le cuestioné, -por supuesto, y mira, vine listo para el funeral, ja, ja, ja, no te sientas mal, es por su propio bien-afirmó mientras se frotaba las manos como si el clima estuviera muy frío, caminamos sigilosamente hacia la habitación, parecía que aquella mujer estaba tomando una siesta, entramos, hasta ese momento todo parecía ir bien.
Estaba listo con la almohada en la mano, pero de pronto, como si fuese víctima de una posesión demoníaca, el muñeco se abalanzó sobre la anciana y comenzó a estrangularla, ella gritaba desesperadamente, sentí pánico, no sabía lo que estaba a punto de hacer, así que tomé una plancha que estaba cerca y comencé a golpear a mi amigo en la cabeza, bastó con el primer impacto para sacarle sangre, no pude detenerme, seguí golpeándolo por inercia, hasta que quedó tendido sobre el cuerpo de la mujer de edad avanzada que había matado él mismo, mis manos y toda mi ropa estaban llenas de líquido rojo, había sangre por doquier, me dolía mucho la cabeza, la plancha estaba llena de sesos y también teñida de rojo, todo estaba hecho una porquería, al igual que mis planes, jamás fui a imaginar que esto culminara en un doble asesinato, y así fue como yo mismo me sumergí en un charco de sangre, ahora sí ya no había escapatoria.
Hay palabras ocultas en mi corazón hecho trizas, palabras que escucho una y otra vez, pero no me librarán de mi condena al odio, moriré parte por parte cada que escuche hablar a los demás.

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