domingo, 9 de mayo de 2010

¿Y DÓNDE QUEDÓ NUESTRA IDENTIDAD?

Recuerdo hace un par de años mientras hojeaba un periódico de circulación nacional, hallé un artículo que me llamó la atención y me puso a pensar: "Identidad sin género", resumido el texto hablaba de como actualmente las ideas difundidas por grandes empresas afectan nuestra mentalidad, y a su vez, nuestro comportamiento.

Nos muestran una aparente libertad para pensar, o nos crean un criterio que conviene a nuestros intereses, estas ideas nos dicen que vayamos en contra de los límites que nos son impuestos por la sociedad en que nos encontramos, que no acatemos las reglas de convivencia dentro de la familia, restando importancia a las responsabilidades que tenemos al formar parte de una comunidad.

Lo más importante es complacer a nuestros sentidos, no hay otra cosa, así es como nos estamos comportando, tenemos que sentirnos bien, no importa cómo y con quién, el caso es tirar por la borda los principios, la moral, la ética y la educación, eso solo estorba, así trabaja nuestra mente hoy en día.

Una vez más dejamos que la mítica aguja nos inyecte una sarta de porquerías a través de la televisión, la radio, la música y el Internet, nos lleva al bienestar personal sin que nos importe afectar a terceros, se siente bien, no lo niego, pero si continuamos así, los resultados que obtendremos en un futuro no muy lejano no serán de nuestro agrado.

Si nos detenemos a escuchar y a observar el entorno, podremos darnos cuenta de que fluyen diversas emociones, hay algo así como una especie de "Liberalismo", se está buscando una identidad. Con esto, el ser homosexual, lesbiana o bisexual, ya no es una orientación, si no una conducta grupal, muchos adoptan esas conductas solo para distinguirse de los que siguen los estándares impuestos por la sociedad.

Pero no son diferentes, solo se embaucan dentro de algo que se conoce como "masificación", en otras palabras, hacer exactamente todo lo que los medios de comunicación nos dicen, por eso nos enojamos cuando se nos fijan límites, no nos gusta dar cuentas a nuestros superiores, todo esto, con el pretexto de que somos libres para escoger lo que creamos que es conveniente para nosotros mismos.

Debemos tomar la libertad para tomar decisiones que tenemos en base a una serie de posibilidades de las cuales, podamos elegir aquella que nos ayude a formarnos un carácter, y no irnos por lo primero que veamos, aunque de antemano sepamos que solo nos brindará un placer momentáneo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario